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Para RRHH
En los últimos años, la importancia de la cultura organizativa ha ganado protagonismo en la escena empresarial. Sin embargo, muchas empresas siguen tratando la cultura como una herramienta superficial, centrándose en acciones publicitarias y estéticas en lugar de incorporarla profundamente a su estrategia empresarial.
A lo largo de los últimos 10 años desarrollando proyectos culturales, me he encontrado a menudo con la siguiente situación: peticiones para crear textos publicitarios bonitos para manifiestos culturales, valores y comportamientos con el fin de subirse a la ola de algún tema de actualidad.
Cuando presenté el hecho de que un proyecto cultural pasa por un análisis empresarial en profundidad, hubo un sobresalto inmediato de que el proyecto no se aprobaría o que sería difícil ponerlo en marcha.
Este desfase entre intención y acción es consecuencia directa de la falta de conexión entre la cultura organizativa y la estrategia de la empresa. Esto ocurre cuando la cultura se trata simplemente como una herramienta superficial para entretener y distraer a los empleados.
La cultura tiene que dejar de ser un bonito muro y convertirse en la base de la organización. Los directores generales y los líderes que entienden esto son aquellos cuyos resultados empresariales están a años luz de los de la competencia. Al fin y al cabo, no hay argumentos contra los hechos:
- McKinsey descubrió que las empresas con culturas sanas tienen un rendimiento financiero hasta 3 veces superior al de las empresas con culturas débiles.
- Gallup ha demostrado que las empresas con empleados muy comprometidos superan en productividad hasta en un 21% a las que tienen un bajo nivel de compromiso.
- Según Harvard, la cultura organizativa es responsable de hasta el 30% del éxito de una empresa.
Amy Leschke-Kahle, en su artículo para la Sloan School of Management del MIT, subraya que la cultura es un complejo "organismo vivo" que requiere cuatro elementos fundamentales para ser fuerte y estar unificada:
Transformar la cultura organizativa de una superficie decorativa a unos cimientos sólidos requiere un compromiso real y estratégico. Los directores generales y líderes que entienden y aplican esta visión están años por delante de sus competidores en términos de rendimiento y éxito. La cultura debe ser única, comprensible, legítima y coherente, y reflejar los valores y la misión de la organización de forma auténtica y práctica. Sólo así la cultura puede convertirse en un factor determinante del éxito a largo plazo.
De nada sirve pintar la pared si sigue goteando.
¿Cómo cuida su empresa su cultura?
Licenciada en Ciencias de la Información y con un posgrado en Marketing Organizativo, ambos por la UNICAMP, comenzó su carrera como responsable de prensa y comunicadora institucional. El área de Personas pronto se cruzó en su camino y se convirtió en una pasión. Durante más de 10 años, trabajó con RRHH en empresas de tecnología, liderando el área en momentos de transformación organizacional, además de convertirse en especialista en temas como Cultura, Comunicación Interna, Engagement y Experiencia. Tras trabajar en Movile, iFood y Facily, actualmente es Responsable de Comunicación y Comunidad en Chiefs.Group, empresa pionera en HR Tech en la economía abierta del talento en Brasil. Tiene experiencia profesional en estas áreas en Brasil, México, Colombia y Argentina.
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